En este segundo trabajo estamos ante un disco más directo, duro, rabioso y maduro que el anterior, quizás es en dónde BudaSam afianzan y encuentran su sonido característico.
Sin olvidar la línea de composición e importancia en las letras profundas, envuelven la obra en un sonido más agresivo, con Pedro J. Monge a los mandos,subiendo un peldaño en la contundencia de los temas. Guitarras más gruesas, base rítmica con un generoso poderío y la voz de Iván, con su leve calentura, muy bien bien escoltada por unos coros derrochones que invitan como siempre a cantar en directo.